LA BIBLIOTECA EN EL HOGAR

«Una casa sin libros es como un cuerpo sin alma.» Frase del filósofo romano Marco Tulio Cicerón (106-43 a.C.) que, entre otras cosas, pone de manifiesto la gran importancia que estos objetos portadores de conocimiento, aventuras, historia real y fantasía han de tener en la construcción simbólica de un espacio bueno y bello para habitar, una edificación a la cual deseamos llamar hogar, dulce hogar. Es por ello que presentamos a continuación algunas recomendaciones sencillas para contar con una biblioteca básica en casa, aderezadas con alguna que otra reflexión.

Una biblioteca casera no significa la acumulación sin sentido de libros y volúmenes acomodados unos junto a otros atrapando polvo y sirviendo de apoyo a las labores de industriosos arácnidos de patas largas. Muy al contrario, ha de ser la muestra de una visión que del mundo tienen los ocupantes de la casa, sus inquietudes intelectuales, artísticas, filosóficas e inclusive religiosas; debe ser un espacio donde nos acerquemos a buscar deleite, respuestas, conocimiento, inspiración o todo al mismo tiempo (mágico poder de la literatura). En otras palabras, debe ser un lugar donde ubiquemos objetos preciados que nos hablen cuando lo necesitamos.

El espacio no representa problema alguno para alcanzar el objetivo de dotar a nuestro hogar de una biblioteca casera que haga más cálido el lugar que habitamos. Ya sea una habitación exclusiva destinada como estudio, en una gran casa, o algunas repisas empotradas en la pared, en cualquier parte del pequeño departamento, el lugar que designemos dará la bienvenida a nuestros libros y, con seguridad, generará en nuestros visitantes distinguidos la curiosidad de conocernos a través de las obras que frecuentamos. Aquellos espacios donde coloquemos libros a manera de adorno, también forman parte de la biblioteca: piénsese en alguna mesita en la sala o el recibidor, quizá la mesa de noche junto a nuestra cama o el lugar donde ubiquemos nuestros “libros de cabecera”; para cualquiera de estos espacios, debemos tomar en cuenta la disposición que hemos de dar a cada libro en el lugar que le hemos designado. Asimismo, procuremos ubicar temas similares en los espacios idóneos: por ejemplo, los libros de recetas, en algún lugar de la cocina. Todo ello con el fin de dar una sensación de orden y tener a la mano nuestros títulos favoritos.

En cierto sentido, la biblioteca de casa se construye lentamente, mediante un proceso de acumulación gradual derivado del interés por la lectura que tienen las personas. Suele ser también producto de la herencia de antepasados, a todas luces más cultos. No obstante, quizá usted que lee estás líneas no ha pasado por alguno de estos supuestos y se pregunta qué libros debe tener su biblioteca. Piense antes que nada en sus gustos particulares; pueden ser de cualquier tipo: arquitectura, arte, jardinería, autos, fotografía, algún país o ciudad de su agrado, o algún músico favorito. Los temas de su interés son los que esencialmente deben formar parte de su biblioteca.

En segundo lugar, su biblioteca casera debe contar con algunos ejemplares de la literatura universal, los haya leído o no; ya tendrá tiempo para ello y verá que no se arrepentirá. Autores muy conocidos como Miguel de Cervantes, Shakespeare, Moliere, Tolstoi, Dante Alighieri u Homero son sólo algunos nombres de las personas que han dado a la humanidad lo mejor de la creación literaria. Adicionalmente, su biblioteca debe contener autores de su propio país de origen, al menos los más representativos. Nosotros los mexicanos no hemos de presidir de un ejemplar de Pedro Paramo, escrito por Juan Rulfo; de los poemas de Sor Juana Inés de la Cruz; o de alguno de los textos de Octavio Paz, por citar sólo algunos ejemplos, quizá los más conocidos de las letras mexicanas.

Pero no todo son novelas, dramas y poesía. También hay obras que han reflexionado directamente sobre la condición humana, la sociedad o el universo y medio físico en el que transcurre su existencia, sus características y sus orígenes. Libros de ciencia y filosofía que han colocado muchos de los cimientos de la sociedad contemporánea, citando nuevamente sólo unos pocos ejemplos podemos contar entre ellos a: El origen de las especies, de Charles Darwin; El contrato social, de Juan Jacobo Rousseau; los diálogos de Platón; La historia del tiempo, de Stephen Hawking; o la Sagrada Biblia y el Sagrado Corán. Su lectura nos llevará a su vez a otros autores y obras, ya sea que refuten estas ideas o las comenten y elaboren con mayor detalle. Sea cual sea el caso, nos enriquecerán a nosotros y a nuestras bibliotecas caseras.

Su biblioteca no puede estar completa sin aquellos libros que a usted le han llamado la atención por el simple hecho de estar ahí, en el momento justo y en la librería, librero o mercado de libros indicado e inesperado. Estos le darán personalidad propia a su biblioteca pues, restando el tipo de obras mencionadas con anterioridad, difícilmente se podrá encontrar una mezcla de títulos similar en dos bibliotecas distintas. Otro aspecto que le dará personalidad a su biblioteca es el tipo de ediciones que contenga: si son de tapa dura; si son todos de una misma editorial (las primeras ediciones suelen aumentar de precio con el paso del tiempo); si son todos de bolsillo o decididamente de todos tamaños, colores, formas y, por qué no, idiomas.

Agregue en el espacio dedicado a los libros algunos retratos o ilustraciones enmarcadas, objetos artesanales o pequeñas esculturas. Reserve un lugar especial a los libros con dedicatoria, ya sea del autor o de los amigos que nos los regalan, y reserve otro espacio a los que se han convertido en sus favoritos. Como Señala el escritor peruano y ganador del Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, una biblioteca es “…un lugar donde uno se refugia para soñar y fantasear (…) una suerte de espacio donde podemos circular vívidamente (…) un lugar que nos permite viajar, salir del mundo en el que vivimos y trasladarnos a otros mundos” (Vargas Llosa, 2016, pág. 33); pero para que esto sea así, tan sólo no se olvide de leer los libros de su biblioteca casera.

RB

Referencias:

Vargas Llosa, M. (2016). Elogio de la educación (Vol. 37). México, México, México: Taurus.

2 Comentarios
  1. Pau Sánchez junio 1, 2017 at 7:39 pm

    ¡Vaya! Me han dado ganas de ir corriendo a casa a retomar el diseño de un espacio para mis libros, poder organizarlos y disfrutar el refugio en otros mundos. Buen artículo RB.

  2. SH MAGAZÍN junio 1, 2017 at 7:55 pm

    Muchas gracias por tus comentarios, estimada Pau Sánchez. Si deseas que tratemos algún tema en particular en SH MAGAZÍN, no dudes en solicitarlo.

    ¡¡¡MUCHO ÉXITO CON TU BIBLIOTECA EN EL HOGAR!!!

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